Un Paraíso con Misterios
Con una historia casi surrealista, un paisaje impresionante y una cultura única con un idioma nativo ampliamente hablado, esta isla es una visita obligada para cualquier viajero curioso.
Nombre | Rapa Nui/Isla de Pascua |
---|---|
Población | ∼ 7000 |
Área | 164 km² |
Distancia (continente) | 3540 km |
Año de colonización | ∼ 1000 d.C. |
Soberanía actual | Chile |
Anexado en | 1888 d.C. |
Idiomas oficiales | Español/rapa nui |

Rodeado únicamente por el vasto Océano Pacífico, Rapa Nui es uno de los lugares más remotos del mundo. Histórica y culturalmente es parte de la Polinesia, aunque las influencias modernas de Chile están muy presentes. Es un hecho interesante, que en la isla más aislada de Polinesia, también se lograron las hazañas de ingeniería más grandes e impresionantes de la zona. ¿Puede ser una coincidencia? ¿Serás quizás tú quien desentraña los misterios sin resolver de esta isla?
Los Moai
“Al principio, estas figuras de piedra nos dejaron maravillados, porque no podíamos entender cómo era posible que personas desprovistas de madera pesada o gruesa, y también de cordeles robustos, con los que construir equipos, hubieran podido para erigirlos; sin embargo, algunas de estas estatuas tenían unos buenos 30 pies de altura y eran amplias en proporción.”
— Jacob Roggeveen, 1722
Cantidad total de moai
∼ 1000
Periodo de construcción
∼ 1350 - 1650 d.C.
Peso promedio
14 tons
Moai más pesado eregido
86 toneladas (nombre desconocido, Ahu Tongariki)
Moai más alto eregido
9,9 m (Paro, Te Pito Kura)
Moai no terminado más grande
21,75 m (Te Tokanga, Rano Raraku)
Las estatuas de moai son por lo que Rapa Nui es conocido en todo el mundo. Casi todos fueron construidos en la cantera del volcán Rano Raraku, y fueron transportados kilómetros por terrenos accidentados a todos los rincones de la isla. Su destino era un ahu; una plataforma de piedra donde estaban enterrados los caciques. La estatua se colocó encima del ahu, sobre los huesos de la persona a la que debía representar. Dentro de la estatua, el espíritu del antepasado muerto permaneció vivo, bendiciendo su decencia para las generaciones venideras. Por lo tanto, estas estatuas fueron llamadas «moai» – «para que aún exista».